miércoles, 25 de julio de 2012

URBANIDAD DE CARRETA

Es que en ‘feisbuc’ uno debe ser todo político. Guardar las apariencias. Demostrar, si no aparentar que se lee la prensa: hablar de lo que importa. De política y economía.
Quejarse del aumento en el precio de la gasolina y celebrar cualquier incremento no significativo en la cotización de la acción de Ecopetrol es tan común como instar a los demás a proteger la fauna y la flora y dejar a las mascotas al cuidado de esas guarderías para perritos.
El error está en hablar de lo que urge; uno no hace eso. Hay que mantener la compostura. Qué oso hacerse la paja delante de la mamá.
De lo que me urge hablo en tuíter. Ahí soy un animal. En estima de la situación, si da para tanto, me despacho hablando de tetas, de drogas y licor, de música cuando hay seguidores que aprecien los comentarios.
Es que yo soy muy correcto en feisbuc, hago lo que se debe: siempre le diré hijo de puta a quien lo merezca.

martes, 24 de julio de 2012

QUIERO SER AMIGO DE LINDSAY LOHAN EN FEISBUC

Estaba de visita en casa de tía Lucero, días después de mi regreso abrupto de Inglaterra. En medio de una conversación en que mi prima insistía en convencerme de la bondad presunta de los grupos paramilitares comíamos salmón, al que le sentí un rastro de sabor a caramelo, y ensalada. Con el objeto de estimular el proceso digestivo, luego de terminado el almuerzo me uní a mi prima en su habitación, más confortable que el estudio en ese entonces, y, mientras ella abandonaba su inexistencia a las novelas transmitidas por la tarde en televisión nacional, cedí a la tentación de revisar mi cuenta en feisbuc, olvidada ya. No me sorprendió encontrarme con que la gente incluida en mi lista de amigos no cambiaba; ni mucho ni nada; pese a las ecografías y a los anuncios de compromisos en matrimonio, las fotos de asados (en los que el invitado principal es el alcohol, a diferencia de lo que se podría creer es la res) me sugerían creer que su hecencia (la esencia de las heces) se mantenía intacta. En esos menesteres me entretuve tan largo rato como el scroll del mouse tardó en guiarme hasta el final de la página y, mientras me ocupaba en cosas realmente importantes (verbigracia, según recuerdo, los preparativos de la boda del príncipe William o la atroz invasión de ratas a los túneles del tren subterráneo en Nueva York, cuando no los errores en Photoshop), interrumpió mi deleite un sonido de burbuja estallando. No presté atención, pensando en que, quizás, aquellos sonidos respondían a los efectos del inicio del proceso digestivo. No apartó la mirada del televisor mi prima; no se dio por enterada. Otra burbuja se deshizo, a lo que sí decidí prestar atención. Con cuidado de no dejar escapar por entre mis piernas ningún hedor que perturbase la cómoda concentración de mi prima, me incorporé. Cuál no sería mi sorpresa al darme cuenta de que las burbujas colapsando no obedecían a filtraciones gaseosas provenientes de mi duodeno, sino al sonido del que se sirve la prestigiosa red social para anunciar el recibo de mensajes instantáneos. No obstante, mi manifiesto asombro (a la vez que mi preocupación por el retraso evidente en la digestión) se me cayó a los pies al descubrir el emisor de los saludos y mensajes. No soy adepto a discriminaciones de ninguna índole, no hago excepciones, ya antes lo he aclarado: a todos detesto por igual; sin embargo, no me sentía con ánimo para conversar. Mucho menos cuando los gases que debieron ser expulsados minutos antes, persistían en revolverse, inflamando mis entrañas; de tal manera hice de cuenta esos-mensajes-no-son-conmigo.
Ante la insistencia de las burbujas, entre asombrada e indignada, mi prima sacudió su cabeza, reaccionando al sopor.
—No tienes intención alguna de responder, ¿verdad? Quienquiera que sea parece muy entusiasmado por tu presencia.
—Ahora no. No tengo ganas. No puede uno estar siempre con disposición para hablar de nada. —Respondí sin apartar la mirada de un artículo muy interesante sobre las nuevas enfermedades venéreas descubiertas en la cavidad vaginal de Lindsay Lohan.
—No seas grosero… Piensa en que algún día vas a necesitar de esa persona. —Reveló ella, sin pudor.
Le respondí con la mirada, frunciendo la nariz como si, después de tanta angustia, la flatulencia que se deslizara fuera de mí, escapándose, retornase  a mí, vía olfativa.
Cerré las pestañas abiertas en el navegador de internet tan pronto como concluí mi lectura. En silenció pensé en los motivos por los que me reprendió, sus razones tendría, mi prima.
Eso de tener mil amigos en feisbuc es muy conveniente. Propio de oportunistas. Si me aguantara las ganas de decir a todos lo que pienso, en la cara, no perdería un amigo en feisbuc a diario. Puede ser el error no contar con que cada una de las personas que uno ha conocido en la vida será útil en cualquier momento. Ellos no lo sabrán hasta que uno se lo haga saber.
Qué terror me dan quienes agregan gente en feisbuc a sabiendas de que les negarán en saludo de darse la casualidad de encontrárselos en la calle. Peores, sin embargo, los que saludan en la calle pero rechazan las solicitudes de amistad en feisbuc.

miércoles, 18 de julio de 2012

"TANTA FE"

Fueron 35 años, en realidad. Por ser respectivamente los años entre los que se enmarca el prolongado intervalo durante el cual el Independiente Santa Fe no consiguió la victoria del campeonato de fútbol local, 1975 y 2012, no deberían ser considerados en la cuenta. Dos generaciones de fieles asistieron puntualmente al estadio a presenciar el mismo espectáculo, cubiertos por una nube de humo rojo, muchas veces combinada con otra de marihuana que se desplazaba flotando en el aire desde la tribuna sur, domingo tras domingo. Decepciones, burlas, que siempre terminaban con la resignación de darle un puntapié a la pared.
Hay que decirlo, detrás del despliegue periodístico que destacaba como imprescindibles los más insignificantes detalles sobre Santa Fe, en contraste con la omisión (a propósito, si mi opinión vale de algo) de los más importantes sucesos acerca del Deportivo Pasto, se escondía el miedo de siempre: De quedarnos en vano con el carro de bomberos decorado con las insignias de Santa Fe, listo para desfilar con los jugadores a bordo; así como el gol providencial anotado en el último minuto por Camilo Vargas quien, producto de un arrebato venido de donde sólo podía venir, de las huevas, hijuepuercas, corrió, aprovechando la ocasión de un tiro de esquina presumiblemente la última jugada de ese partido, hasta la portería contraria, la de su archirequetecontraenemigo de siempre, Millonarios, y consiguió un gol de cabeza. Cuántos entre los santafereños, digan la verdad, no temieron que hiciéramos el oso del siglo.
Total, poco importaba ser objeto de burlas una vez más. De eso el santafereño sabe. De ser denigrado por parte de Los Millonarios de Bosa el santafereño sólo ríe. Lo doloroso en realidad habría sido enredar de nuevo el hilo con el que bordar la séptima estrella en la camiseta, cuando ya estaba enhebrado a la máquina de coser.
Se ganó. Y bien. Con un equipo orgulloso.
Se extrañó a Seijas. A Balbis lo mismo que a Rincón.
Ahora bien, es triste reconocer a los fanáticos de Los Millonarios que, en vista de la ausencia de triunfos por celebrar se conforman con disfrutar de las derrotas de sus rivales, en especial de Santa Fe; pero más deprimentes resultan los idiotas santafereños que, no satisfechos con el dulce sabor de un triunfo que muchos de ellos nunca siquiera habían saboreado, prefirieron echarle en cara su dicha a los azules.
Que me perdonen mi abuelo Jorge y mis primos Jorge y Camilo, Rafael Reyes, David Granados, David Ospina, Yamid, Eduardo Arias y Santiago Rivas, en cambio que Pachito Santos se lo trague, pero, eso sí, cuando Los Millonarios se ganen un torneo relevante lo celebraré como propio; es más fuerte el odio que siento por costeños, paisas o pijaos por igual, que el que me inspiran Los Millonarios.
¡Salud, santafereños!


Es un milagro que este señor juegue en Colombia. Gracias, yo de ustedes.

jueves, 5 de julio de 2012

DANDO TUMBOS (Y TUMBES)

Mockus no era el hombre. La cuota inicial del desastre que pudo significar su gobierno fueron los reiterados traspiés, idas y venidas, y contradicciones a los que nos acostumbró durante su campaña. Sin embargo, un número importante de personas, entre las que me incluyo, depositamos más de tres millones de votos a su nombre como rechazo a que un sólo muchacho del país fuera extrañado en su casa por recoger café. Desde la contraparte llovieron descalificativos sobre Mockus; hasta con un caballo discapacitado se atrevieron a compararlo para dar a entender que le temblaría la mano a la hora de lidiar con la guerrilla, las Bacrim, la economía, el clientelismo, y mil etcéteras más; de tal manera que la contienda electoral se dirimió en favor de Santos. La cuestión de si Mockus era el indicado o no para ser elegido Presidente de Colombia se resuelve en medida de su capacidad para mantenerse alejado de Uribe o si, por el contrario su visita a la Casa de Nariño a ofrecer buen cuidado a los huevos de Uribe fue fiel prueba de su incapacidad de representar a sus entusiastas seguidores. O bien de sus preferencias sodomíticas.
Y ni para qué mencionar la guachafita que armaron en el Partido Verde después del exilio de Mockus.
Otros, muchos, dirán que para 2014 el Man es Germán.
Es que el 2014 es pasado mañana. Las campañas darán inicio en un año. Santos, por supuesto, aspirará a reelegirse, y dependiendo de su desgaste lo acompañará Germán Vargas Lleras. Con Petro sucede como con Dios: ni idea en qué esté pensando de un día para otro. No cuenta. Qué decepción. De manera que se enfrentarían dos candidatos que representan a la derecha: Santos, y Uribe, si no manejando a Fernando Londoño (envalentonado por la bomba ñapa que le cayó del cielo), aliado con Angelino. Qué tragedia. Valdría la pena preguntarse entonces si Angelino se prestaría a tan corrompida estrategia: envilecer la igualdad social en beneficio de uno de sus mayores contradictores.
Es inocente pensar en que Uribe representa la oposición a Santos. Propio de esos niños que se juran los dueños del juego. De no ser por las carencias que el ‘loco del pueblo’ detecta en el tema militar, las que siempre existieron incluso durante el uribato, se sentiría a gusto con todas las políticas en materia de economía, educación, salud y justicia desplegadas desde la Casa de Nariño. Más bien, Uribe (el loco del pueblo) representa la suerte de un país que no tiene memoria, mucho menos una visión hacia el futuro. Haga memoria. A su paso por la Aerocivil en calidad de director, más de 300 licencias de aviación fueron otorgadas a reconocidos narcotraficantes de la época; en su papel de alcalde en Medellín impulsó el programa ‘Medellín sin Tugurios’, lavadero de dólares local de Pablo Escobar; como senador de la República fue ponente de los proyectos de ley que reformaron la salud, el sistema de pensiones y las condiciones de contratación laboral. Una bobadita. Bien sabido es, además, el impulso que como gobernador de Antioquia en compañía de Pedro Juan Moreno dio a las Convivir.
De sus ocho años de gobierno es mejor no hablar. O movió muy bien sus fichas o fue engañado por la peor generación espontánea de delincuentes en la historia del país Álvaro Uribe Vélez durante los ocho años en que se extendió su ‘gestión’. ¿Noguera y alias ‘la coneja’ Hurtado actuaron por cuenta propia? ¿Andrés Felipe Arias, a su antojo, diseñó el programa AIS para su beneficio? ¿Luis camilo Osorio desvió investigaciones en la Fiscalía porque sí? ¿Andrés Uriel se hurgó el ombligo de pe a pa por flojo? ¿Sabas compró votos para la reelección y persuadió a Sale fingir vínculos comerciales y mercantiles con Mancuso para desprestigiar la Corte a nombre de quién? ¿Diego Palacio qué? ¿Y las zonas francas; los falsos positivos? ¿Santo yo? En fin. Cabe la posibilidad, sí, de que Uribe nada tuviese que ver con todos los horrores sucedidos mientras fue presidente, y que su estilo de microgerencia (tipo miscelánea) sea prueba fiel de su indiscutible incapacidad de observación. Pero no. Estuvo al tanto de todo cuanto ocurrió.
Se extiende una sombra sobre él tan espesa como la que cubre a Piedad Córdoba.
Ahora bien, sus simpatizantes se quejan de que Santos es un mentiroso, un jugador de póquer, si antes no lo han tildado de traidor. ¿No son esos acaso los motivos en que insistimos hace dos años más de tres millones de personas para oponernos a su elección? Ya ni risa dan. Pobres diablos.
La intensidad del pulso político se siente en las peluquerías al tenor de los secadores de pelo, pues, las mismas señoras arribistas que celebraron la victoria de Santos ahora lo desprecian (con voz de Poncho Rentería).

Esperamos que la manicura no sea motivo de retraso para nuestro corresponsal en los 'clubes', pues estamos ansiosos por recibir sus informes esta noche desde El Nogal.

domingo, 1 de julio de 2012

EUROPOCA EDICIÓN 2012

Kuyt aún se pregunta dónde andan Alonso, el 'Niño' Torres, Benayoun, Benayoun, Beee-nayoun. Nunca antes se había sentido tan solito.

Nunca lo hice antes. Por eso, antes de empezar a escribir esta entrada me pregunté, ¿cuál es la mejor forma para escribir sobre fútbol? Pues, me respondí de inmediato, de la misma forma en que se juega, a las patadas. Y para eso he de valerme de las palabras 'esférica', 'escuadra', 'casaca'; de lugares comunes como: ‘es un encuentro de toma y dame’, ‘y no me diga más’, ‘suden la camiseta’. Mentiras, no. Con el fútbol no se juega.
En la Eurocopa de 2008 el equipo holandés dio muestras de estar en el nivel más alto del que se tuviera registro en los últimos años; este equipo en la fase de grupos superó el suyo, el de la muerte, cómodamente, goleando a Italia y a Francia, 3-0 y 4-1, respectivamente, y con modestia derrotó 2-0 a Rumania. Bien pudo el aficionado promedio soñar con ver de regreso a la aplanadora naranja. No obstante los buenos augurios, fue derrotada la selección holandesa en cuartos de final contra Rusia, un equipo del que mucho no se esperaba. El palo de la Eurocopa 2008. Con el buen sabor que dejó el desempeño de la ‘selección tulipán’ no era una exageración ilusionarse con que el desquite sería la Copa Mundial de la FIFA en 2010, en la que, con sobrados méritos, llegó hasta el partido final para finalmente ser derrotada por la de España. De ese equipo que nos sorprendió e ilusionó con ver a la ‘naranja mecánica’ volver a lo más alto de un campeonato, nada queda. Sin pena ni gloria se despidió Holanda de la Eurocopa. Primer pronóstico del que se puede prescindir.
En cambio, del caso español nada nuevo habrá qué decir. Con poco cumplió con las expectativas depositadas sobre el equipo y respondió poniéndose en la final. De conseguir derrotar a Italia, sería el tercer título consecutivo al que se hacen los ibéricos.
Italia, por su parte, sorprendió a propios y extraños venciendo en un partido épico a los archicontrarequetefavoritos, Alemania, de la que dije, lo admito, que si la misma España que con dificultad derrotó a Portugal se descuidaba, podría recibir cinco goles de los ‘panzers’. Del arrebato al desencanto. Como consuelo a la decepción siempre quedará, sin embargo, la posibilidad de que el campeonato mundial de la FIFA siguiente sea el desquite.
De Portugal no voy más que a repetir lo que en su columna en El Espectador de ayer, Preguntas (casi) retóricas, Esteban Carlos Mejía sugirió a manera de interrogante: ¿Y Portugal es Cristiano Ronaldo sin el Real Madrid?
Si con algo he de quedarme de esta última edición de la Eurocopa es el recuerdo del equipo croata. Un equipo que ‘sabe con la pelota’, que la ‘consiente’. ¡Bendita sea la guerra por la que Croacia se independizó de la antigua Yugoslavia! Que tanta fosa común, que tantos asesinatos se cometan para poder disfrutar de un equipo de fútbol así, sólo pueden ser cosas de Dios. Durante la transmisión del partido entre Croacia y España, el último de la primera en el torneo, el comentarista deportivo favorito de grandes y chicos –la gente ha cambiado mucho, prefieren aburrirse del mismo modo en que hicieron sus padres hace veinte años-, Adolfito Pérez, calificaba como injusta la eventual eliminación de Croacia (cuando el marcador del partido estaba igualado a cero) sin haber perdido siquiera un solo encuentro. Al final, España anotó. De manera que en el orden de ideas de Adolfito, ¿se hizo justicia?
Me importa muy poco si el ganador de la Eurocopa 2012 es España o Italia. Soy fiel a mis convicciones futboleras: cuantos más goles sean marcados, del lado que provengan, mejor para mí. Que se maten si quieren, pero que ‘haigan’ goles. Y hartos.
Me inquieta más, por el contrario, pensar en que Messi de seguir jugando a ese ritmo, y en estima del nivel futbolístico de la joven selección germana (no se confunda usted con la Germania en el centro de Bogotá), muy probablemente se reedite en el próximo Mundial la final: Alemania vs. Argentina.
Aunque muchos ya hacemos fila para aplastar el culo en primera fila y ver: Argentina vs. España.