Es que en ‘feisbuc’ uno debe ser todo político. Guardar las apariencias. Demostrar, si no aparentar que se lee la prensa: hablar de lo que importa. De política y economía.
Quejarse del aumento en el precio de la gasolina y celebrar cualquier incremento no significativo en la cotización de la acción de Ecopetrol es tan común como instar a los demás a proteger la fauna y la flora y dejar a las mascotas al cuidado de esas guarderías para perritos.
El error está en hablar de lo que urge; uno no hace eso. Hay que mantener la compostura. Qué oso hacerse la paja delante de la mamá.
De lo que me urge hablo en tuíter. Ahí soy un animal. En estima de la situación, si da para tanto, me despacho hablando de tetas, de drogas y licor, de música cuando hay seguidores que aprecien los comentarios.
Es que yo soy muy correcto en feisbuc, hago lo que se debe: siempre le diré hijo de puta a quien lo merezca.
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