Un estudio resiente
algunas susceptibilidades: Ahora que la última grieta de la moda es oponerse a
la digestión de Gustavo Petro en la Alcancía Mayor de Bacatá, la perra, no hay
quien no haya manifestado a grito herido de muerte su inconformidad con el vergomaestre.
A
esta tendencia tendenciosa, tendida la tendera, tendiente a la tendinitis se le
denomina ‘El síndrome Pereque Peñalosas de Transmilenio’, característico de especímonos
y primates evolucionados hasta tal punto de fábrica que manifiestan altísimo
grado de inversión, es consecuencia de la sobreexposición por parte de los
remedios caseros de comunicación al falo porno gobernar desde el Palacio de Liévano,
sino vía tuíter.
Los
pacientes del síndrome han manifestado no tenerle paciencia a Petro, y entre
sus síntomas destacan trabajar para él, sus asociados o familiares, o bien amnesia
crónica de una suerte anunciada.
Aunque
las antipatías generadas por Petro no son gratis, gritas eso sí, son de alguna
mamera exageradas. El Lupus Dei dirigiendo interceptaciones telefónicas desde
el Va[ti]cano con la mano negra de César Mauricio Velásquez, y con la
interpretación de tales mandatos por parte de Alejandro Ordenado de Obispo, en
compañía de la DEA, han controvertido los centros de consumo con trolleada; a
su vez, el senador Gerlein no soporta la idea de que por la Séptima se pasee y
pavonee un metrosexual ligero de ropas. —Ayayay, excremental
Uribe, ¿qué te has hecho que no te veo? —Clama desde su columna móvil terrorista
el prestigioso Ernesto Mesías Tovar.
Gustavo Patrón
Así, muy a la ligera, de
argumentiras ligeras, la oposición más cómoda es la del misionero; la de moda. Como
en los tiempos en que se atacaba cualquier nintento de prolongar la mongolítica
de seguridad de Uribe y a la vez se apoyaba la aspiración nasal a la Alcaldía
de Pereque Peñalosas de Transmilenio (envalentonado el primate por el secundado);
ahora bien, se desquitan los pacientes del síndrome impacientes con Petro cayendo
en el exceso de cambiar las marchas por la recolección de firmas para la
revocatoria, lo que es igual a la recolección de basuras.
Si
Colombia es el país más feliz del mundo, es culpa de Petro.
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Nace de esa basura sacar: Fe de ese nené heredero atacaba, ADN a bala, ¿o dar recorte podrá? Tardó Petro, cerrado a la banda, a Bacatá, ore de rehén en ése; de fracasar, usábase edecáN.
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NOTA DEL EDITOR EN MONO: A
todos los estudiantes de Comunicación Social en la Universidad de la Sabana
quienes no hayan recibido la cátedra Interceptaciones Telefónicas I y II, y el Seminario
Evasión de Preguntas Comprometedoras durante
el período en que César Mauricio Velásquez fue decano de la facultad, se les
conmina a acercarse a la oficina de Registro Académico para hacer efectivo el
reembolso del valor de los créditos correspondientes a estos cursos. Gracias.